lunes, 28 de junio de 2010.


Canción de un caballero de Varsovia

Para Yolanda Pantin


Jamás iremos juntos a Varsovia

nunca

no habrá un tren

hinchado de humo y alcohol

(los puentes tristes pasan

no se detiene el invierno en la ventana

al fondo Rusia como un buey agonizando

-su cabello rojo nos alcanza)

Jamás existirá un hotel pequeño

ninguna ventana da a ningún río

Nunca dirás mi nombre

sobre una calle diminuta amor

tu nombre no existe

toda nieve fue mentira

Varsovia: un beso astillado sobre el atlas

una palabra muerta sobre una ciudad

-60 grados o más.


Alberto Barrera Tyszka (Caracas-1960) Poeta. Ha publicado los poemarios “Amor que por demás”, “Coyote de ventanas”, entre otros.





Llueve afuera

Quien lo iba a decir:

que la luz sosegadora,

la que ordena este mundo

y lo rescata para siempre

de las aguas brumosas, primordiales,

consista en esta mínima

habitación de hotel

donde te miro intacto

sobre la superficie de las sábanas,

Moisés salvado entre los juncos

para mis ojos asombrados,

no sé si paternales o infantiles

pero insomnes:

reencontrarte

en la noche grumosa de septiembre

como un árbol lunar bajo el relente

-no te inundan las sombras, te resguardan-

respirando dormido, apenas cierto

por el neón que se enciende

y se apaga al final de la avenida

hasta ofrendar tu desnudez

a la resurrección de alba.


Armando Rojas Guardia (Caracas-1949) Poeta, fue fundador del “Grupo Tráfico”. Autor de los poemarios “Del mismo amor ardiendo”, “Yo que supe de la vieja herida”, “Hacia la noche viva”, entre otros.




Poema

Tuve un sueño demasiado majestuoso

desde la lejana orilla de la llanura


Un sueño que parecía alcanzar el cielo

allí donde tenía que ser, arremolinándome y

zumbando por encima de la sabana.


Sordo y ciego daba vueltas entre los árboles

chocaba salvajemente contra la espesura

retumbaba largamente en los oídos

de los caballos con la potencia magnífica

del aire en las zarzas enmarañadas.


Por fin, el calor y el polvo pudieron

más que yo

me desperté y marché en todas direcciones

estaba otra vez solo, seco, áspero.


La hierba, de ordinario, se quiebra

con el paso de la fiera


Al salir de mi sueño el día apenas despuntaba

me disipé entre la bruma

a despecho de la oscuridad.


Avilmark Franco. Poeta barinés, de reconocida labor escritural. Renuente a la publicación de libros; gran parte de su obra está dispersa en diarios y revistas. Es director de la Fundación “Teatro Orlando Araujo”.


NOTA: Información extraída del diario Frontera, sección El Poema cotidiano, responsable: Rodolfo Quintero Noguera

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