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Trío poético...

miércoles, 30 de junio de 2010.

La palabra ebria

La noche es la compañera fiel de la palabra

del sonido fértil

soñoliento

silente

perfecto

capaz de estallar y rebotar

en los cristales sucios.

La palabra ebria

nacida de la ebriedad de los poetas

trasciende en planta

en viento frío susurrante

y se cuela por los hilos de sangre.

Esta palabra descuella el sentimiento

lo hace saltar como la vibración del átomo

de la carne esperanzada de esperma

Esta noche

nuestra noche

la resumo en la punta de mi lápiz

y le confieso el don matriz de la palabra.


Eduardo Rivero (San Felipe, Edo. Yaracuy-1958) Poeta, licenciado en Letras (ULA). Fue miembro del Taller Literario “Mucuglifo” y coordinador del Suplemento Literario “Jueves Literario”. Autor del poemario Palabra Adentro.



Quien considera

Quien considera

el avance de un río no siente el agua

sometiendo los días en la corriente, puro

golpear sin tiempo, manotazo

de sueño murmurante, divagaciones

que no persiguen la claridad, porque

su fuerza es transparente.

Pero

la tiranía de la orilla nos obsesiona.

vernos el agua irse, desenvuelta

olvidándose en el fluir, y no sabemos

que dar el salto es la estación durable.

plenitud del guijarro confiándose al torrente

que va a pulirlo, gastándolo

mientras lo lleva al mar.


Eleazar León (Caracas-1946/2009). Poeta, autor de los poemarios “Principios de pájaros”, “Por lo que tienes de ceniza”, “Estación durable”, “Cruce de caminos”, “Palabras del actor en el café de la noche”, y “Reverencial”.



Aquellos

He vuelto a conjugar

los viejos y famélicos fantasmas

de los tiempos idos:

aquellos que sumergieron

en abismos escabrosos,

de dudas abismales,

a la ingenuidad desnuda,

aprisionada en juegos

de interpretaciones confundidas

y meandros asombrosos.

No nos escuchan siquiera.

No interesamos para nada.

No ven nada adorable.

Prefieren cuerpos y mentes iniciales

en quienes aplacar su sed de orgasmo,

sólo sociable cuando en ellos,

la ingenuidad es fácilmente sobornable.


Eleazar Ontiveros Paolini. Ensayista, narrador, poeta y articulista. Ex Director General de Cultura y Extensión de la Universidad de Los Andes (ULA). Autor de “Entre Cuatro Menguante y Luna Llena” (Novela), “Dionisíacos Fetiches” (Poemas), entre otros.




NOTA: Información extraída del diario Frontera, sección El Poema cotidiano, responsable: Rodolfo Quintero Noguera

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lunes, 28 de junio de 2010.


Canción de un caballero de Varsovia

Para Yolanda Pantin


Jamás iremos juntos a Varsovia

nunca

no habrá un tren

hinchado de humo y alcohol

(los puentes tristes pasan

no se detiene el invierno en la ventana

al fondo Rusia como un buey agonizando

-su cabello rojo nos alcanza)

Jamás existirá un hotel pequeño

ninguna ventana da a ningún río

Nunca dirás mi nombre

sobre una calle diminuta amor

tu nombre no existe

toda nieve fue mentira

Varsovia: un beso astillado sobre el atlas

una palabra muerta sobre una ciudad

-60 grados o más.


Alberto Barrera Tyszka (Caracas-1960) Poeta. Ha publicado los poemarios “Amor que por demás”, “Coyote de ventanas”, entre otros.





Llueve afuera

Quien lo iba a decir:

que la luz sosegadora,

la que ordena este mundo

y lo rescata para siempre

de las aguas brumosas, primordiales,

consista en esta mínima

habitación de hotel

donde te miro intacto

sobre la superficie de las sábanas,

Moisés salvado entre los juncos

para mis ojos asombrados,

no sé si paternales o infantiles

pero insomnes:

reencontrarte

en la noche grumosa de septiembre

como un árbol lunar bajo el relente

-no te inundan las sombras, te resguardan-

respirando dormido, apenas cierto

por el neón que se enciende

y se apaga al final de la avenida

hasta ofrendar tu desnudez

a la resurrección de alba.


Armando Rojas Guardia (Caracas-1949) Poeta, fue fundador del “Grupo Tráfico”. Autor de los poemarios “Del mismo amor ardiendo”, “Yo que supe de la vieja herida”, “Hacia la noche viva”, entre otros.




Poema

Tuve un sueño demasiado majestuoso

desde la lejana orilla de la llanura


Un sueño que parecía alcanzar el cielo

allí donde tenía que ser, arremolinándome y

zumbando por encima de la sabana.


Sordo y ciego daba vueltas entre los árboles

chocaba salvajemente contra la espesura

retumbaba largamente en los oídos

de los caballos con la potencia magnífica

del aire en las zarzas enmarañadas.


Por fin, el calor y el polvo pudieron

más que yo

me desperté y marché en todas direcciones

estaba otra vez solo, seco, áspero.


La hierba, de ordinario, se quiebra

con el paso de la fiera


Al salir de mi sueño el día apenas despuntaba

me disipé entre la bruma

a despecho de la oscuridad.


Avilmark Franco. Poeta barinés, de reconocida labor escritural. Renuente a la publicación de libros; gran parte de su obra está dispersa en diarios y revistas. Es director de la Fundación “Teatro Orlando Araujo”.


NOTA: Información extraída del diario Frontera, sección El Poema cotidiano, responsable: Rodolfo Quintero Noguera

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La voz poética de José L. Angulo Noguera

domingo, 27 de junio de 2010.


El infierno como premio

A Jaime Sabines, in memoriam.


Ya no son voces de calle/ ni de gentes

que me adversan:

mi mujer, hijas y madre

me aseguran el infierno.


Me dicen soy insensible

pero yo estimo no serlo.

A veces lloro escondido –les digo-

y si lloro, entonces, siento.

Otras veces he sufrido un silbido pendenciero

que se cuela por mis huesos

que según “los amorosos”

es un síntoma de amor.


De rabia también se llora –refutan-

de impotencia, por recelo,

y a ver si apartas un tiempo

para que te vean los huesos.


Entonces sí me confundo, / me aturdo,

me siento ingenuo.

y lloro, lloro escondido,

sin que lleguen a saberlo,

al palpar en mi destino

el infierno como premio.


Animo

Animo

tengo

de disponer en orden

dolores lacerantes que me habitan.


Al alcance:

el quedo silencio

de tus ojos tristes.


A lo lejos:

el tránsito entre el día de hoy

y el vientre de mi madre.


Al infinito:

-en el último rincón

del último lugar posible-

el pez espada

que en tu vientre habita.


José Luis Angulo Noguera (Barinas-1963). Poeta, hábil entretejedor de versos. Colaborador permanente del Suplemento Literario “Bellas Letras”. Su labor escritural se encuentra –en su totalidad- inédita.

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Jesús Serra...

sábado, 26 de junio de 2010.


(*) Entre montañas y en enero

A Ycci, en su cumpleaños


Todavía la neblina inclina su manto fresco,

cargado de secretos,

sobre los techos de esta ciudad andina,

y de pronto tú entras, muy ligera

venida de un arco preciso y poderoso,

y me muestras una página llena de palabras

cortas y difusas,

pero que tu alma bien conoce

y que tus manos han tocado una y mil veces,

justo entre unos sueños que la memoria ubica

y levanta sobre una llanura sobria

o debajo de unos techos de tejas musgosas

y entumecidas.

De aquí de estos cielos nublados

parten imágenes que sólo tú conoces

y unas golondrinas impecables en sus

vestiduras.

Te regalo hoy esta rosa que la palabra inventa

y la mano corrige entre neblinas

bajo el color y la fragancia de unos malabares

que mi infancia no olvidan.



Autorretrato

Soy quien busca al amanecer

la flor del malabar

y luego ubicua su fragancia

sobre el escritorio cotidiano

frente al granado

de enrojecidos

y recordados frutos

cerca de Neruda

al este de Paz

y de Vallejo.

Día tras día

sin enojo

y pulso firme

cambio el agua azucarada

de los colibríes

incesantes

de plumas lisas

como vocales.


Jesús Serra (Tucacas, Edo. Falcón-1940) Poeta, Director del Instituto de Investigaciones Literarias “Gonzalo Picón Febres” –ULA. Autor de “Curso determinado”, “Tiempo y cauce”, “Mantras y ofrendas”, entre otros.

(*) Poema inédito.

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Oh! Poesía inatrapable...

miércoles, 23 de junio de 2010.


Somari

Eres hermosa

como

una botella

llena de piedras blancas

y redondas en la arena.

Cuando estuvimos de acuerdo en esto

no nos dijimos media palabra

En cambio ahora

para distanciarnos

¡el grueso Larousse resulta exiguo!

Si tú dejaras

sobre el papel

la blancura de tus manos

todo estallaría.



Adriático

Cuando en la costa italiana pensaba

en tu cuerpo

aferrado al volante de un Renault 18

mientras el adriático

dejaba en los vidrios su sopa celeste

Cuando la solitaria autopista de otoño

hacía interminable la melodía tristona de la

radio

y raudas nubes vagabundeaban sin rumbo

en el cielo informe donde París era un

recuerdo

Cuando finalmente las luces de Padova

en la madrugada

me trajeron otra vez tus ojos tristes

y al día siguiente tus brazos

Supe que en Venecia te hallaría

Poesía inatrapable

Para siempre.


Gustavo Pereira (Nueva Esparta, Margarita-1940). Afamado poeta venezolano. Ensayista. Formó parte del grupo “Símbolo”. Fue fundador de la revista ‘Trópico UNO’. Ha publicado “El rumor de la luz”, “En plena estación”, “Poesía de qué”, “Libro de los Somaris”, “Vivir contra Morir”, entre otros.

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Luz en la poesía de Vicente Gerbasi

lunes, 21 de junio de 2010.

Noche de infancia

A Oscar Zambrano Urdaneta

Soy un cafetal de luciérnagas

la luz azul en la sombra,

donde mi madre me hablaba

de su patria,

mientras me daba a beber

una taza de chocolate.

El sabor del chocolate

es una oscuridad espesa.

Mis hermanas jugaban

en la noche de las muchecas;

Me daban miedo

los pilares blancos de la casa,

ciertos resplandores del follaje.

Mi ser en la vegetación

era

un miedo a convertirme

en una estrella fugaz.



Jóvenes iracundos

Los jóvenes iracundos recorren las calles

de una vieja ciudad empedrada

donde las cantinas se anuncian

con racimos de uva

de metal dorado.

(De noche las brujas

barren cartas de enamorados).

Los jóvenes iracundos visitan

sótanos del vino,

salen a la plaza con la melena al viento,

llevan zarcillos y collares

de colmillos caninos.

Algunos tienen pesadumbre mística

en sus túnicas blancas.

Se les unen muchachas en traje de ballet.

Todos juntos se bañan en las fuentes

públicas

desalojando a los pájaros.



La muerte de Consuelo

Ese día

yo vi el horizonte secreto

de la muerte,

sus oscuros

y una luz en el olvido.

Yo era la presencia

del sufrimiento

pidiendo limosna

ante un altar.

Yo estaba cerca de la bendición

eterna,

en la humildad de los siglos,

íngrimo y solo,

en la intemperie,

recordando la adolescencia de Consuela y mía,

mi trabajo de pintor

de anuncios en las carreteras

cuando Juan Vicente Gómez reinaba

en el centro de la miseria

y de las cárceles.

Yo regresaré a todas mis edades

llorando cada sepultura

cuando Consuelo comenzó a morirse

en la pasión de su martirio.


Vicente Gerbasi (Canoabo Edo. Carabobo-1913) Uno de los poetas fundamentales de la literatura venezolana. Autor de los poemarios “Poemas de la noche y de la tierra”, “Vigilia del náufrago”, “Mi padre el inmigrante”, “Tres nocturnos”, “Los espacios cálidos”, “Los colores ocultos”, “Edades perdidas”, entre otros.

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Por esa sed de tus palabras...

sábado, 12 de junio de 2010.


Y sin embargo*

Para Rafael Rattia


Y sin embargo / todavía

y sin embargo

es fácil decir

y claro

porque sí

porque te esperan

e incluso

hay un pasillo

recto que te pierde

es fácil y mejor

fuera de eso

decir aquí

/aquí la sal despierta

en una rama conjurada

con tus apariciones

es fácil

/recordar

Y sin embargo / todavía

y sin embargo.


Por eso*

Por esta sed urdida

por el rojo ubicuo

de tu adentro débil

por los nunca / por entonces

por sosiegos

por nada / por todo

por venir solamente a tu mirada

por este horror que endosas

al portador y pronto

por adioses tentados

por rescoldos de llama

por mentiras de récipe

por tus voces sin traje

por un no de pulmón

Por eso

sólo por eso

yo también sabré querer

/tu indiferencia.


Fernando Báez (San Félix, Edo. Bolívar-1970). Reside en Mérida desde el ’75. Poeta, ensayista. Autor de los libros “Aproximaciones”, “Alejado” y la plaquette “Y será suficiente”. Director del periódico “Hoy Viernes” Universidad de Los Andes (ULA).

*Poema inédito.
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