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La invención de la soledad...

martes, 31 de enero de 2012.


"Ha habido una herida y ahora me doy cuenta de que es muy profunda. Y el acto de escribir, en lugar de cicatrizarla como yo creía que haría, ha mantenido esta herida abierta. En ocasiones he sentido su dolor concentrado en mi mano derecha, como si sufriera un desgarramiento cada vez que levanto la pluma y la presiono contra el papel. En lugar de enterrar a mi padre, estas palabras lo han mantenido vivo, tal vez mucho más que antes no sólo lo veo como fue, sino como es, como será; y todos los días está aquí, invadiendo mis pensamientos, metiéndose en mí a hurtadillas y de improviso. Bajo tierra, en su ataúd, su cuerpo sigue intacto y sus uñas y su pelo continúan creciendo. Tengo la sensación de que para comprender algo debo penetrar en esa imagen de oscuridad, de que debo entrar en la absoluta oscuridad de la tierra."


¡Oh! Tú entiendes
que si acepto
vivir –que parezca
que te olvido-
es para
alimentar mi dolor
-de modo que este
aparente
olvido
puede brotar de un
modo más
horrible en lágrimas, en
algún momento
fortuito, en
medio de esta
vida, cuando tú
te me aparezcas.


"Estas historias en que el mismo niño es el protagonista son quizá las que más le gustan. A. advierte que, en forma similar, cuando él se sienta en su habitación a escribir el Libro de la Memoria, cuenta su propia historia hablando de sí mismo como si fuera otro. Para encontrarse, primero necesita ausentarse, y por eso dice A. cuando en realidad quisiera decir “Yo”, pues la historia del recuerdo es la historia de lo que se ha visto. La voz, por lo tanto, continúa. E incluso cuando el niño ha cerrado los ojos para dormir, la voz de su padre sigue hablando en la oscuridad."


"Como en los experimentos con perros de Pavlov (que, simplificándolos al máximo, demuestran la forma en que la mente establece relaciones entre dos objetos distintos: al final el primer objeto se olvida y por ende se convierte en otro) ha ocurrido algo, aunque no podríamos decir qué es. Quizá lo que A. se empeña en demostrar es que de un tiempo a esta parte él no ha olvidado ninguno de los dos términos y que siempre que su vista o su mente parecen detenerse, descubre otra conexión, otro puente que lo llevará a un nuevo territorio. E incluso en la soledad de su habitación, el mundo ha estado precipitándose sobre él a una velocidad desconcertante, como si de repente todo convergiera en él y le ocurriera al mismo tiempo."


Auster, Paul (1994): La invención de la soledad, Barcelona, España, Anagrama.


Paul Benjamin Auster (Newark, Nueva Jersey, E.U., 1947- ) es un escritor, guionista y director de cine estadounidense, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2006. Estudió lengua y literatura inglesa en la Universidad de Columbia, centro del cual se graduó en 1970. En el país galo ejerció labor como traductor de autores franceses hasta su vuelta a los Estados Unidos en 1974. En la Gran Manzana se ocuparía como periodista, escribiendo en “The New York Review of Books” y en “Harper’s Saturday Review”.  A mediados de los años 80 y tras haber escrito poesía y ensayos, Auster debutó como novelista con “Jugada de presión” (1982), escrita con el seudónimo de Paul Benjamin. El mismo año apareció el libro de corte autobiográfico “La invención de la soledad” (1982). Se revelaría internacionalmente como escritor al publicar con éxito “La Trilogía de Nueva York”. Este título engloba una tríada de novelas de intriga conformadas por “La ciudad de cristal” (1985), “Fantasma” (1986) y “La habitación cerrada” (1986).

Con posterioridad Auster publicaría libros como “El país de las últimas cosas” (1987), “El palacio de la luna” (1989), “Pista de despegue” (1990), “La música del azar” (1990), “El cuento de Navidad de Auggie Wren” (1991), “Leviatán” (1992), “El cuaderno rojo” (1993), “Mr. Vértigo” (1994), “Smoke” (1995), “A salto de mata” (1997), “Heridas de amor (Lulu on the bridge)” (1999). “Sophie Calle: Doble Juego” (1999), “Tombuctú” (1999), “El libro de las ilusiones” (2002), y “La noche del oráculo” (2003). También ha escrito poemarios como “Cimientos” (1990), un libro de relatos titulado “Creía que mi padre era Dios” (2002), y guiones cinematográficos para “Smoke”, película dirigida por Wayne Wang basada en su propia obra, “Blue in the face” (1995), film co-dirigido por Wang y el propio Auster, quien dirigiría en solitario “Lulu on the bridge” (1999). Otras novelas de Auster son "Brooklyn Follies" (2005), "Viajes por el scriptorium" (2006), "Un hombre en la oscuridad" (2008), "Invisible" (2009), "Sunset Park" (2010) y "Diario De Invierno" (2012).
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